Con el mandatario Juan Schiaretti en Brasil en plan de descanso, el Gobierno cordobés intentó defender ayer su política social frente a la dramática radiografía arrojada por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), que relevó que el Gran Córdoba concentra la mayor tasa de indigencia y la tercera mayor tasa de pobreza del país
Los fríos números marcaron -para el segundo semestre de 2016- en la capital provincial y su conurbano un 40,5% en materia de pobreza y un 10,8% de indigencia, en una provincia cuyo poder hegemoniza Unión por Córdoba (UPC) desde 1999, con gestiones alternadas entre los peronistas Schiaretti y el crítico José Manuel de la Sota.
“Con 6 mil millones anuales en el presupuesto, somos la provincia que mayor ayuda brinda en el país”, argumentó ayer el ministro de Desarrollo Social provincial, Sergio Tocalli, aunque reconoció que los indicadores “no sorprendieron” a la gestión de UPC porque “todos los días trabajan para dar respuestas paliativas a la situación social”.
Pero, en una estrategia no exenta de polémica, el funcionario se apresuró a deslindar responsabilidades locales y apuntó al impacto de “la macroeconomía”. “Son temas que están vinculados con la macroeconomía y nosotros actuamos conteniendo y ayudando”, dijo. “Mientras no haya crecimiento de la economía, o controles inflacionarios, o la macroeconomía no nos ayude, la pobreza va a seguir”, sostuvo.
La argumentación defensiva adoptó además otro eje. “Como en Córdoba hay menor nivel de empleo público, las crisis tienen un impacto mayor”, subrayó Tocalli.
Ayer, la ministra de Desarrollo Social nacional, Carolina Stanley, recogió el guante ante la sorpresa que generó el preocupante presente del Gran Córdoba, de 1,5 millón de personas. “Históricamente las 10 provincias del norte son las que más han sufrido la pobreza y la indigencia; hoy los centros urbanos tienen un peso importante y hace que provincias como Córdoba tengan índices de pobreza muy alto”, dijo, y remarcó que “es producto de muchos años de negación y exclusión”.
